sábado, 30 de noviembre de 2013



Y si me vence este mar embravecido
y si no alcanzo la meta con mi último suspiro
te invocaré, oh Luna,
te exigiré lo prometido,
regresaré a mi hogar volando,
descorreré lo recorrido.

Pero si venzo, ¡voto a tal! (que es mi testigo)
que ganaré todo el oro para ponerlo a tus pies,
que no habrá rival, ni lo conoceré,
que me impida honrarte, mi Lunita de Miel.
Te colmaré de honores de la cabeza a los pies,
se contarán historias de mis hazañas, ¡pardiez!
y vuestra Gracia eterna inmortalizaré.

Que con este bergantín, bajel mío,
que surca los mares, los lagos, los ríos,
no hay ola que me frene,
no hay tempestad ni mar bravío
que detenerme pudiere
o que cambiare mi destino.

 
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